jueves, 25 de abril de 2013

Por qué las mentiras del Indec no son nada piadosas



Me gustaría empezar esta breve reflexión con una comparación: el Indec es un organismo que guarda semejanza con los “ojos” de un gobierno. Las estadísticas oficiales representan ni más ni menos que la visión panorámica de la realidad socioeconómica sobre la cual el gobierno ha de actuar. Es su sustento: necesitan saber cómo estamos, y cuáles son nuestros problemas, para poder solucionarlos.

  Esta mañana me enteré de que Hernán Lorenzino, el actual Ministro de Economía, fue entrevistado por una periodista europea, quien le preguntó acerca del nivel actual de inflación en nuestro país. El ministro no le contestó con precisión, y a continuación decidió no seguir contestando preguntas, arguyendo que se sentía “incómodo”, y que se quería “ir”, y que no quería que esa pregunta fuera incluida en la entrevista. Aclaró, además, que ni siquiera a los medios argentinos les daban información alguna sobre ese tema.

  Me gustaría difundir claramente por qué el evento es síntoma de un problema GRAVE de esta gestión de gobierno.
Como comparé antes, el Indec representa los “ojos” del gobierno. Las estadísticas oficiales son el material que da sustento a cada política social y económica que el gobierno adopte. La inflación tiene relación directa con esas cifras. ¿Cuánto aumentó el costo de vida el último mes? ¿Cuánto aumentó en Argentina comer, vestirse, comprar remedios? Estas 3 partes de nuestra vida se relacionan con nuestras necesidades básicas. ¿Quiénes son “pobres”, quiénes son “indigentes”? Bien, esto se relaciona con las preguntas de arriba. ¿Te alcanza para comer, vestirte, comprar remedios? Tal vez estas cosas aumentaron su costo, y tal vez (sólo tal vez) tu sueldo no aumentó lo suficiente como para que te alcance para todo eso. Y entonces, es posible que pase viajar a tu trabajo (al que tener que ir sí o sí, porque si no, ni siquiera comés) tengas que privarte de esas zapatillas que necesitás, o incluso ese remedio para la tos, y vayas a laburar hecho mierda, porque en este país tampoco te ayudará nadie si perdés el presentismo, porque estás tercerizado/a, y tenés miedo de que te rajen.

  Entonces, el tema de la inflación, el hecho de cómo afecta tu vida que las cosas estén más caras, cobra su dimensión real, concreta: con el paso de las semanas y los meses, tu vida es más chota y difícil.
¿Cuál debería ser el rol del gobierno ante esta situación? La respuesta es por demás simple: debería indentificar la inflación como problema concreto, y debería proporcionar una solución para todos (especialmente para las clases más afectadas: baja y media). Sin embargo, la respuesta del gobierno es otra: negar que la inflación existe, o minimizarla, atenuarla (la entrevista europea a Lorenzino es una muestra documental de esto).



 ¿A quiénes perjudica esta actitud negadora del Indec respecto de la inflación?

1)      A LOS TRABAJADORES. La lucha por el salario mínimo, vital y móvil está directamente relacionada con el valor de la canasta básica. ¿Aumentó el costo de la comida, vestimenta y remedios? ¿Cuánto aumentó? Porque de acuerdo con esto estableceremos cuánto debe ganar (hoy) cada uno de los trabajadores.
2)      A LOS JUBILADOS.  ¿Cuánto debe ganar un jubilado? ¿Le alcanza para comer, vestirse y comprar remedios? ¿Por qué no le concedemos  el 82% móvil? ¿Acaso le alcanza (considerando el nivel actual y preciso de inflación) para comer, vestirse y comprar sus remedios?
3)      A LOS MÁS POBRES E INDIGENTES.  ¿No te alcanza para comer, vestirte, comprar remedios o viajar hasta el laburo? Si tenés que elegir si comer o vestirte, o comer o viajar (de acuerdo con la inflación Real), si tenés que elegir entre comer o vestirte, o comer o viajar (de acuerdo con la inflación Real), entonces no sos pobre, sos INDIGENTE. Y el gobierno, de algún modo u otro, tiene que GARANTIZAR que tengas acceso al derecho humano básico de comer y acceder a un salario digno, y no tener que elegir si viajar o comprarte un remedio, porque esas son NECESIDADES BÁSICAS. Son derechos constitucionales en los que se están cagando. La planificación nacional, la distribución de los planes sociales y de las ayudas económicas para paliar la situación de miles de argentinos, depende directamente de si son considerados “pobres” o no. Y si la inflación está disfrazada, la situación económica de los más vulnerables es la primera en verse afectada: de este modo los más pobres se vuelven invisibles para el sistema…

CONCLUSIÓN:

  Lo que dicen las estadísticas oficiales (lo que Mienten las estadísticas oficiales), no es sólo un detalle pintorescote cómo vivimos. Es el punto de partida de todas las políticas sociales del Gobierno. Si te mienten ahí, en realidad lo que te están diciendo es: “no me interesan tus problemas. No haré nada resolverlos, o para que vivas mejor”








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