Me gustaría empezar esta breve reflexión con una
comparación: el Indec es un organismo que guarda semejanza con los “ojos” de un
gobierno. Las estadísticas oficiales representan ni más ni menos que la visión
panorámica de la realidad socioeconómica sobre la cual el gobierno ha de
actuar. Es su sustento: necesitan saber cómo estamos, y cuáles son nuestros
problemas, para poder solucionarlos.
Esta mañana me
enteré de que Hernán Lorenzino, el actual Ministro de Economía, fue
entrevistado por una periodista europea, quien le preguntó acerca del nivel
actual de inflación en nuestro país. El ministro no le contestó con precisión,
y a continuación decidió no seguir contestando preguntas, arguyendo que se
sentía “incómodo”, y que se quería “ir”, y que no quería que esa pregunta fuera
incluida en la entrevista. Aclaró, además, que ni siquiera a los medios
argentinos les daban información alguna sobre ese tema.
Me gustaría difundir
claramente por qué el evento es síntoma de un problema GRAVE de esta gestión de
gobierno.
Como comparé antes, el Indec representa los “ojos” del
gobierno. Las estadísticas oficiales son el material que da sustento a cada
política social y económica que el gobierno adopte. La inflación tiene relación
directa con esas cifras. ¿Cuánto aumentó el costo de vida el último mes?
¿Cuánto aumentó en Argentina comer, vestirse, comprar remedios? Estas 3 partes
de nuestra vida se relacionan con nuestras necesidades básicas. ¿Quiénes son
“pobres”, quiénes son “indigentes”? Bien, esto se relaciona con las preguntas
de arriba. ¿Te alcanza para comer, vestirte, comprar remedios? Tal vez estas
cosas aumentaron su costo, y tal vez (sólo tal vez) tu sueldo no aumentó lo
suficiente como para que te alcance para todo eso. Y entonces, es posible que
pase viajar a tu trabajo (al que tener que ir sí o sí, porque si no, ni
siquiera comés) tengas que privarte de esas zapatillas que necesitás, o incluso
ese remedio para la tos, y vayas a laburar hecho mierda, porque en este país
tampoco te ayudará nadie si perdés el presentismo, porque estás tercerizado/a,
y tenés miedo de que te rajen.
Entonces, el tema de
la inflación, el hecho de cómo afecta tu vida que las cosas estén más caras,
cobra su dimensión real, concreta: con el paso de las semanas y los meses, tu
vida es más chota y difícil.
¿Cuál debería ser el rol del gobierno ante esta situación?
La respuesta es por demás simple: debería indentificar la inflación como
problema concreto, y debería proporcionar una solución para todos
(especialmente para las clases más afectadas: baja y media). Sin embargo, la
respuesta del gobierno es otra: negar que la inflación existe, o minimizarla,
atenuarla (la entrevista europea a Lorenzino es una muestra documental de
esto).
¿A quiénes perjudica esta actitud
negadora del Indec respecto de la inflación?
1) A LOS TRABAJADORES. La lucha por el salario mínimo, vital y
móvil está directamente relacionada con el valor de la canasta básica.
¿Aumentó el costo de la comida, vestimenta y remedios? ¿Cuánto aumentó? Porque
de acuerdo con esto estableceremos cuánto debe ganar (hoy) cada uno de los
trabajadores.
2) A LOS JUBILADOS. ¿Cuánto debe ganar un jubilado? ¿Le alcanza
para comer, vestirse y comprar remedios? ¿Por qué no le concedemos el 82% móvil? ¿Acaso le alcanza (considerando
el nivel actual y preciso de inflación) para comer, vestirse y comprar sus
remedios?
3)
A LOS MÁS
POBRES E INDIGENTES. ¿No te
alcanza para comer, vestirte, comprar remedios o viajar hasta el laburo? Si
tenés que elegir si comer o vestirte, o comer o viajar (de acuerdo con la
inflación Real), si tenés que elegir entre comer o vestirte, o comer o viajar
(de acuerdo con la inflación Real), entonces
no sos pobre, sos INDIGENTE. Y el gobierno, de algún modo u otro, tiene que
GARANTIZAR que tengas acceso al derecho humano básico de comer y acceder a un salario digno, y
no tener que elegir si viajar o comprarte un remedio, porque esas son NECESIDADES BÁSICAS. Son derechos constitucionales
en los que se están cagando. La planificación nacional, la distribución de los
planes sociales y de las ayudas económicas para paliar la situación de miles de
argentinos, depende directamente de si son considerados “pobres” o no. Y si la
inflación está disfrazada, la situación económica de los más vulnerables es la
primera en verse afectada: de este modo
los más pobres se vuelven invisibles para el sistema…
CONCLUSIÓN:
Lo que dicen las estadísticas oficiales
(lo que Mienten las estadísticas oficiales), no es sólo un detalle pintorescote
cómo vivimos. Es el punto de partida de todas las políticas sociales del
Gobierno. Si te mienten ahí, en realidad
lo que te están diciendo es: “no me interesan tus problemas. No haré nada
resolverlos, o para que vivas mejor”

